domingo, 27 de mayo de 2012

Un viaje a la Luna... Y en el tiempo

Como ayer os hablé de "Smashing Pumpkins", hoy os dejo mi vídeo favorito de este grupo. Me gusta, porque me parece una buena forma de explicar por qué es importante ver cine clásico.  ¿Cómo que qué tiene que ver? Mirad este vídeo:



Es el grupazo de Billy Corgan con una de sus canciones más populares. Ahora, os invito a que veáis una de las primeras películas de la historia del cine. ¿A que os suena este fotograma? Pues seguid leyendo un poco más abajo y mirad a que obra pertenece.

Viaje a la Luna. Georges Mèlies
Fotograma de "Viaje a la Luna" de Georges Mèlies
Es del año 1902, y su director fue Georges Mèlies. Se llama "Viaje a la Luna".  Sé que hay personas que parece que tienen alergia a las pelis antiguas, pero os ruego que hagáis una excepción con esta pieza maravillosa que todo el mundo debería conocer. Para que la veáis con más mimo, quiero que penséis que la primera película de la historia del cine la rodaron los hermanos Lumière en el año 1894 (sólo ocho años antes de nuestra pieza), y para que veáis y entendáis la maravilla que es "Viaje a la Luna", os voy a mostrar la primera peli de la historia. Id ahora si queréis a por las palomitas, pero no hagáis muchas porque dura menos de un minuto.


Los Lumière dieron con la técnica, y grabaron muchas películas cortas. Sin ellos, está claro que no estaríamos hablando de cine ahora mismo. Sin embargo, lo que a mí me deja perpleja de Mèlies, es que decidiese crear una película a partir de dos relatos de ciencia ficción: "Viaje a la Luna" de Julio Verne y "Los primeros hombres en la Luna" de George Wells, tan poco tiempo después de esas primeras películas, que maravillaban solo por conseguir retratar el movimiento continuo. Mèlies fue más allá, y quiso contar en una película, no sólo lo que ocurría en el mundo, sino también en su imaginación. Hay que entender que cada escenario, cada traje de vestuario, cada pieza de atrezzo, está pensada y construida para esta película. Os recordará al teatro, porque efectivamente es del teatro del único género del que puede nutrirse el cine al principio: nunca nadie había hecho cine. No podemos comparar esta película con "Titanic" o con "Avatar", lógicamente. Podemos compararla con la que os he indicado un poco más arriba, que es el imaginario que Mèlies tenía en la cabeza a la hora de ponerse a ingeniar "Viaje a la Luna". Igual que las primeras fotografías se nutren de la pintura, de sus poses y composiciones (como expliqué aquí), para poco a poco ir emancipándose y generando su propio lenguaje, lo mismo le pasa al cine. Aún así, hay en esta peli momentos espectaculares, propios de un verdadero genio que vio el potencial del cine desde su estado embrionario.

Obviamente es cine mudo, así que primero os cuento el argumento para que los que no habléis mucho inglés sigáis lo que ocurre: En la Asociación Astronómica de París, el profesor Barbenfouillis explica sus planes para viajar a la Luna. Una vez aprobado el proyecto, se construye una nave en forma de bala y se lanza hacia el satélite, con varios astrónomos en su interior. Alcanzado el objetivo, exploran el nuevo mundo, descubren setas gigantes y extrañas criaturas, y son capturados por los selenitas (los habitantes de la Luna). Llevados ante el Gran Rey de la Luna, se inicia una lucha, siendo abatido el rey con rapidez, que al caer estalla convirtiéndose en humo. El profesor huye y lanza el proyectil por un acantilado, refugiándose en su interior. Un selenita se agarra al casco y caen a la Tierra, estrellándose en el mar. Un barco les arrastra hasta tierra firme, y consiguen volver a París, donde les espera una gran fiesta de bienvenida. “El trabajo todo lo supera”, es la inscripción que figura al pie de la estatua dedicada a Barbenfouillis.



Desde el punto de vista plástico, me parecen excepcionales los decorados  del momento del lanzamiento de la nave, la Luna por dentro con sus setas gigantes y el reino de los selenitas. Hay algunos momentos de esta película que son maravillosos, ya que constituyen verdaderos efectos especiales que debieron quitar el aliento a los espectadores de la época. Un espectador de entonces, con nula experiencia en imágenes en movimiento, habría dejado la cámara siempre en el mismo sitio, como si presenciase una obra de teatro. De hecho, es así en la mayoría de las escenas de la peli. Sin embargo, es genial la secuencia de acercamiento a la Luna hasta que vemos con claridad su rostro y cómo la nave espacial aterriza en su ojo. Increíble también es el momento en que vemos con continuidad cómo va cayendo la nave de vuelta a la Tierra con ese selenita adosado a la parte superior. Quiero hacer hincapié en esos efectos especiales, creados con absoluta genialidad por Mèlies, cuando el paraguas del Presidente se convierte en una seta gigante, así como cuando empiezan a reducir a humo a los selenitas a golpe de paraguas. Mèlies trabajó durante años en el teatro como escenógrafo y maquinista para espectáculos de ilusionismo. La aplicación de sus conocimientos previos a la lógica del cine, han dado lugar a esta joya. 

También el grupo AIR, tiene un videoclip en el que utilizan la peli de "Viaje a la Luna" coloreando los fotogramas. Por si os habéis quedado con ganas, os lo dejo:



Para terminar, os dejo mi fotograma favorito de la peli, cuando los astros cobran  vida, y vemos la Tierra desde una perspectiva nunca vista hasta que Mèlies puso esta historia en marcha. Cuando uno piensa que lo mejor siempre es lo último y lo más moderno, que piense de nuevo. El mejor de los creadores de hoy, ha bebido y estudiado a los clásicos que revolucionaron el mundo en que vivimos hace siglos. La cultura nos lleva de paseo por la historia, si dejamos que la curiosidad nos coja de la mano y tenemos tiempo para perdernos en los orígenes de las ideas. Fiajos todo lo que hemos hablado a partir de un video clip. Yo a la insciprición de la estatua de Barbenfouillis agregaría algo. "El trabajo, la ilusión, la curiosidad y la creatividad todo lo superan".

"Viaje a la Luna" Georges Mèlies. 1902
Fotograma de "Viaje a la Luna" de Georges Mèlies

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