viernes, 7 de septiembre de 2012

¿Por qué siempre hay que estropear los buenos libros con una mala peli?

En verano a mí me gustan las lecturas livianas. Esas que te enganchan dentro de un laberinto de cientos de páginas y no te dejan salir casi ni para comer en esas largas mañanas de playa o piscina. Este año, mi adquisición fue la trilogía de "The Hunger Games" en versión original. 


El primer libro engancha brutalmente, a tal punto que una se pilla a sí misma preguntándose qué les pasará a esos personajes, cuando no tiene el libro entre las manos. El segundo libro no está mal, y en el tercero da la sensación de que la propia autora estaba harta de la saga, porque lo termina con mucha rapidez, aniquilando a todos los personajes principales uno detrás de otro en los últimos capítulos. 

Pero al menos el primer libro me pareció bastante bueno en cuanto a la idea y el desarrollo de la historia. Me parece que la autora, Suzanne Collins, guionista de profesión durante mucho tiempo, hace un buen trabajo manteniendo el suspense con una intensidad constante a lo largo de la novela, acentuando la intriga justo en la última frase de cada capítulo, para que irremediablemente tuvieses que seguir leyendo. Como describe Bernardo Monroy en su crítica sobre el libro (Aquí tenéis la crítica completa): "El mundo que nos presenta la autora se desarrolla en un lejano futuro, cuando después de la Tercera Guerra Mundial, Estados Unidos ha desaparecido para convertirse en la República de Panem, donde el centro del poder es la ciudad del Capitolio. Se trata de un sistema de gobierno que tiene algo del feudalismo, con la propaganda nazi de Goebbels, con el Imperio Romano. Panem se divide en doce distritos, cada uno dedicado a un área en particular. Por ejemplo, el Distrito 1 se encarga de manufacturar artículos de lujo, el Distrito 8 textiles o el Distrito 12 minería. Hace 74 años hubo una rebelión que fue reprimida por el Capitolio y terminó aniquilando al Distrito 13. Para que el pueblo de Panem escarmentara, cada año celebró el programa de televisión definitivo: un chico y una chica de cada distrito, de entre 12 a 18 años serían seleccionados en un sorteo, para ser enviados a la arena a participar en los Juegos del Hambre, donde deben asesinarse entre ellos hasta que sólo quede un vencedor. La arena puede ser desde un desierto hasta un bosque, pasando por mar abierto. El ganador de los Juegos obtendrá riqueza el resto de su vida… pero su cabeza no quedará muy bien que digamos. Muchos de los sobrevivientes padecen trastornos mentales y todos tienen pesadillas y rasgos de paranoia, o bien son alcohólicos o drogadictos, sólo así pueden soportar lo que vivieron siendo niños. El mensaje de gobierno es muy claro: podemos hacer lo que queramos contigo y tus hijos.
Los Juegos del Hambre son la técnica perfecta para controlar a la población, eso lo sabe muy bien el presidente Snow, cruel dictador de Panem que no tiene el menor respeto por la vida humana. Lo que ignora, es que una niña será la que despierte al pueblo…
Katniss Everdeen, la heroína de la trilogía, vive en el Distrito 12 y se encarga de mantener a su hermana menor y a su madre, pues recientemente ha fallecido su padre y se encuentra en pleno duelo. Katniss se dedica a la caza con Gale Hawthorne, su amigo de toda la vida, y es además una extraordinaria arquera. Debe soportar el hambre, la inanición y los abusos de poder de los Agentes de la Paz, eufemismo para referirse a los infames soldados del Capitolio. La mañana que es el sorteo para Los Juegos del Hambre, su hermana Prim es seleccionada, y ella decide ocupar su lugar. El muchacho que representará al Distrito 12 es el hijo del panadero: Peeta Meelark. Poco a poco surgirá un triángulo amoroso entre él, ella y Gale, que será uno de los aspectos más esenciales de la trama".

Suzanne Collins
Suzanne Collins

Lo cierto es que la fuente original de Collins, como muchas otras historias de ciencia ficción (Star Wars es un buen ejemplo de ello) tiene sus raíces en la mitología griega. Concretamente del mito de Teseo y el Minotauro. En una revista realizada para el sitio web de Scholastic, la autora declara: 

“Una influencia significativa fue el mito griego de Teseo y el Minotauro. El mito te cuenta como en castigo por los atrevimientos del pasado, Atenas enviaba regularmente siete jóvenes y siete damas a Creta, en donde eran lanzados al Laberinto y devorados por el monstruoso Minotauro (…) aún siendo un niña podía entender cuán cruel era esto y como Creta estaba enviando un mensaje claro, ‘Métete con nosotros y haremos algo peor que matarte: Mataremos a tus hijos’. Y lo principal es que se permitía, ya que los padres se sentaban a contemplarlo impotentes. Teseo, que era hijo del rey, se ofreció como voluntario para ir, y creo que en cierta forma, Katniss es un Teseo futurista”.

Pero esa no fue la única influencia de Collins. Entre sus novelas favoritas se encuentran dos que resultan decisivas para la creación del universo de Panem, según declaró en esa misma entrevista: 1984 de George Orwell, Matadero Cinco de Kurt Vonnegut y El Señor de las Mocas de William Golding.
Por otro lado, está el impacto que tuvo su padre, Michael Collins. Él fue oficial durante un año en Vietnam, y al regresar le explicó a su hija sobre los horrores de la guerra… queda más que claro que Haymitch está inspirado en él. Por otro lado, la madre de la autora, Jane Collins, le presentó a los antiguos griegos, así como la ciencia ficción y la moda, elementos esenciales en la trama.
Además está el Imperio Romano. La saga está salpicada de referencias, desde los nombres de muchos de los personajes (Plutarch, Seneca, Octavia…) hasta los Juegos como metáfora del coliseo y el mismo nombre de Panem, que viene de la frase “Panem et Circenses” que significa “Pan y Circo”.
Resulta interesante el impacto que la trilogía le da a la televisión: prácticamente el control del Capitolio es gracias a ésta. Todo cuanto se transmite es propaganda, comunicados de Snow y por supuesto, los Juegos del Hambre. Los estilistas encargados de crear una personalidad a los tributos gozan de mucho prestigio, y ante las cámaras, absolutamente todo se centra en la imagen que se les ha construido… nada sorprendente teniendo en cuenta la biografía de la autora, pues trabajó como guionista de televisión durante muchos años de su vida. Por todas estas influencias, me parece un libro que puede ser muy adecuado para hablar en clase de literatura con alumnos mayores, para analizar las claras influencias de la autora, y enlazar con los conocimientos de historia de los alumnos.

Con todo lo sugerente que es esta historia, caí en la tentación de ver le película a la vuelta de vacaciones. Craso error. Una historia tan rica, tan compleja, tan llena de detalles, se ha comprimido en un par de horas, y ha dejado de ser la historia trepidante que quitaba el aliento que yo experimenté al enfrentarme a las páginas del libro. De hecho me da la sensación de que el que no haya leído el libro, no acabará de captar todos los detalles de la peli, que están comprimidos por falta de tiempo.

Después de ver la película, creo que nadie entiende que Katniss esté enamorado de un personaje tan plano como Peeta Mellark. Mientras en el libro es un hombre adorable, en la película faltan muchos detalles, guiños, frases y momentos que construyen la personalidad del hombre íntegro, gracioso y leal que es Peeta Mellark. Me pasa lo mismo con Katniss. El libro está escrito en primera persona, por lo que cada oración es un pensamiento de la mente de Katniss Everdeen, y  un dato para el lector que en cada página conoce un poco más a su heroína. Katniss, como todo adolescente, es un mar de dudas, un conflicto constante, un torbellino de pensamientos contradictorios. Todo lo que se disfruta en el libro con los personajes, en la película se esfuma. Así que, si has leído los libros, quédate con el recuerdo. Si no viste la peli, cógete el libro en la biblioteca, que es más sano y se aprende siempre mucho más. 






2 comentarios:

Loreto dijo...

Me pasó exactamente lo mismo. Me leí el libro, y me gustó tanto que decidí ir a ver la película, y me decepcionó muchísimo por eso mismo que has dicho, que muchísimos detalles del libro no los acabas de entender en la película, como las pequeñas secuencias de la muerte de su padre, si no te lo has leído, no tienes ni idea de lo que te están poniendo. Me gusta muchísimo más leer los libros que ver las películas, ya que al leer el libro, te imaginas las escenas y los personajes como a ti te parece, por eso nos gusta tanto. Están en proceso de hacer la segunda película, "En llamas", y espero que en esta lo hagan un poquito mejor :)

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la opinion. Los libros siempre son mejores que la pelicula.
Pero hay que disculparlos, porque la pelicula no la han hecho taan mal, es mucho mejor que otras. Y esto ocurre porque no se puede describir este libro en dos horas. Yo habría hecho una primera parte y una segunda. Con los siguientes que vienen tambien.

Besos, solo era una opinion.